jueves, 17 de julio de 2014

Historia antigua II

Continuando uno de mis primeros posts, me complace presentar la segunda parte de la historia de ese chaval que empezó jugando al Doom II (versión Chiquito) y acabó metiéndose de lleno en el mundo GNU/Linux.

Ese nuevo y flamante ordenador, cuando ya no era ni tan nuevo ni tan flamante, acabó quemándose de mala manera. Manías que tienen los fabricantes de usar pastas térmicas de pésima calidad y dificultar tanto como sea posible la limpieza del sistema de refrigeración (a este modelo hasta le dedicaron una canción... y sí, es el mismo que se le quemó al chaval de la historia). Total, que hubo que cambiar el ventilador y el disco duro. Puestos a reinstalar el sistema, ¿que mejor momento para sustituir a Vista por XP y meterle un Linux por el diodeno de atrás?

La primera opción fue meter Mandriva. Vista la buena experiencia que supuso Mandrake en aquel viejo K6, era la opción obvia... pero no.
El WiFi se negaba a funcionar. Reinstalar el driver no sirvió de nada, usar los drivers de Windows con NDISwrapper empeoró el asunto y sustituir el firmware hacía que el WiFi funcionara a ratos y la red local dejara de responder.
Los permisos de las particiones Windows fueron un dolor de cabeza. Si se montaban en /media/ durante la instalación, no funcionaban. Si se montaban en /mnt/, a veces sí, a veces no. Además, Mandriva utiliza paquetes RPM pero los más usuales hoy día son los DEB, con lo que instalar algunas aplicaciones era un auténtico dolor de cabeza.
No, Mandriva Rosa no solucionó el problema. Años más tarde, Mageia sigue dando los mismos problemas... y alguno más.

La segunda opción fue tirar por lo más popular: Ubuntu. Pues la primera en la frente: ni siquiera arrancaba el instalador por temas de compatibilidad con la gráfica.

Otra opción fue probar con Guadalinex, la excelente distro de la Junta de Andalucía, que había funcionado muy bien en varios Pentium IV... pero que se negaba a funcionar en el portátil.

Y en ese momento se hizo el milagro: LXLE, la distro que funciona hasta en una máquina de palomitas. Es con ésta con la que se han escrito la mayoría de entradas de este blog. Es una distro muy curiosa: al beber directamente de Ubuntu hay toneladas de programas e información aprovechable en Internet, pero incluye drivers para casi cualquier ordenador con menos de 15 años, tiene unos requerimientos mínimos ridículos y se lleva muy bien con hardware reciente, permitiendo aprovechar al máximo máquinas pensadas para juegos de última generación o estaciones de trabajo con programas de CAD exigentes.
Desde entonces, el chaval de nuestra bonita historia de amor y odio ha instalado LXLE en varios Pentium IV con menos de medio GB de RAM, portátiles con procesadores entre los CoreDuo hasta los i5 y gráficas que van de las Intel GMA más guarras hasta Nvidia punteras, netbooks varios con procesadores Atom...
Nuestro chaval ha aprendido a instalar de todo, a hacer scripts razonablemente complejos, a pelearse con la consola de comandos sin miedo, a editar particiones, a personalizar varios entornos de escritorios radicalmente distintos y muchas cosas más.

Hay que decir que aquel viejo HP acabó muriendo de viejo (grietas en la carcasa, botones inutilizables, apagones repentinos... hasta se le gastó el fluorescente de la pantalla y, finalmente, se negó a encenderse más).
Fue sustituido temporalmente por un netbook, más tarde por un portátil Acer 17" (Pentium DualCore con 4GB de RAM y gráfica Nvidia) de segunda mano que murió quemado por un cargador de mala calidad y finalmente por otro HP 17" (CoreDuo 32bits, 4GB de RAM y gráfica Ati).

Entre tanto, los últimos años el chaval se sacó algún dinero extra arreglando ordenadores de amigos y conocidos: limpieza de virus, optimización de Windows, cambios de pasta térmica, sustitución de pantallas y otros componentes y otros trabajillos más o menos rutinarios. Cabe destacar que en estos trabajos es cuando se ponen a prueba los conocimientos adquiridos, pero también es cuando más se aprende, que (tristemente) esto de la informática tiene más de arte que de ciencia.

Hasta aquí la historia antigua, porque el resto son anécdotas de perro viejo que no interesan a nadie, y adonde hemos llegado es presente y futuro.

¡BONUS!

Pantallazo del Mandrake 9.2 en aquel viejo K6, con KDE y XMMS:
Hoy día se ve un poco feo, pero hay que recordar que en este mismo PC lo que funcionaba era ¡Windows 98! 
Y, de propina, una foto de los discos de instalación, que conservo impolutos y aún funcionan:

Hale, hasta más ver, que llevo tres entradas en menos de un día. =:P

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